"Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa."

Con esta frase nos encontramos nada más empezar el primer capítulo y, aunque pueda resultar chocante, hemos de recordar que estamos ante una obra escrita en 1813 ambientada, además, en el siglo XVIII, por lo que las costumbres sociales van a diferir de las actuales. Si bien este aspecto siempre me ha parecido interesante para aprender historia de manera amena yo iría más allá señalando el carácter satírico de esta escritora. Si releemos la frase teniendo esto en cuenta veremos que el sentido cambia completamente, y así es como hemos de continuar su lectura.

Y es que Orgullo y prejuicio es una forma poética de decir Mr. Darcy y Elizabeth Bennet ya que a él se le tacha de orgulloso y a ella de tener demasiados prejuicios, pese a que en otras cuestiones es bastante revolucionaria. Sin embargo, ambos personajes irán madurando a medida que avanzamos páginas hasta que, finalmente, se dan cuenta de que deben enmendar estas actitudes. Son sin duda las personalidades más complejas, y a la vez entrañables, de la trama. Aun así, nos encontramos también otros muchos personajes que son igualmente dignos de analizar. En este caso mencionaré los más destacados para mí.

"No me importa caminar. No hay distancias cuando se tiene un motivo."

Por un lado tenemos a las hermanas Bennet. Jane, la mayor de todas, es la más soñadora. Su historia de amor con Mr. Bingley, buen amigo de Mr. Darcy, sí es la que propiamente llamamos como romántica, pues pasa por esa fase de enamoramiento, trágico suceso que los separa y reencuentro. El resto de hermanas, por orden, serían Elizabeth, Mary, Kitty y Lydia. Estas dos últimas son las más coquetas y enamoradizas, mientras Mary es más intelectual.

Completando la familia nos encontramos al señor Bennet y la señora Bennet, quien está obsesionada por encontrar marido a sus hijas. La actitud de este personaje por una parte me exasperaba al ser tan melodramática pero, como decía antes, hemos de entender la época y, sobre todo, la situación familiar, ya que la propiedad en la que residen no puede ser heredada por ninguna de ellas para asegurar que tendrán al menos dónde vivir en caso de que falleciera el padre, salvo que se casen.




En cuanto al primo Collins, se muestra como un personaje detestable por su arrogancia y altanería. No obstante, dentro de la calidad literaria de la obra lo considero muy bien construido por parte de Austen, pues suelta frases y tiene comportamientos que constituyen un buen contrapunto y, como decía antes, una crítica social por parte de la escritora. En esta misma línea tenemos a lady Catherine de Bourgh, que resulta ser tía de Mr. Darcy. En ella se refleja la personalidad más rimbombante puesto que disfruta de ser adulada por su posición, teniendo que estar enterada de todo lo que ocurre a su alrededor.

Asimismo, el personaje de Mr. Wickham nos hace reafirmar que a veces las apariencias no son lo que parecen. Al inicio de la novela se presenta como deseable, de hecho Elizabeth se deja embelesar por él reforzando ese rechazo hacia Mr. Darcy. Sin embargo, a medida que la trama avanza este último va haciendo el esfuerzo de esclarecer, pese a su orgullo, lo que verdaderamente ocurrió para que su relación se enfriase, lo cual lo dignifica mucho, sobre todo cuando decide tomar cartas en un momento dado para ayudar "desinteresadamente" a la familia de Elizabeth.




Sin duda el punto fuerte de esta novela son sus personajes por sus características y variedad. Son retratos de personas con preocupaciones, vanidades y fallos que los hace más humanos y cercanos, aportando todos ellos distintos matices a la historia. En resumen, considero que está sumamente bien narrada porque nos hace variar las opiniones a medida que vamos descubriendo cómo avanza todo. Todo ello hace que se convierta en una obra atemporal que sin duda se merece la gran trascendencia que ha tenido en nuestro imaginario colectivo.

Espero que os haya gustado la reseña. Muchas gracias por leerme.

Patricia