Cada cierto tiempo me gusta leer novela histórica ya que es un género que veo muy interesante para aprender a la vez que te distraes. En este caso el relato se ambienta en los albores de la Edad Media, una etapa con bastantes luces y sombras donde es inevitable que intervenga la Iglesia. Si bien no me he llegado a documentar a medida que lo he leído sobre la veracidad de algunos nombres que se mencionan, veo raro que sea a final del libro donde se añade una nota a los lectores precisamente sobre el contexto en el que se desarrolla la trama, el conocido como "siglo de hierro".

Precisamente la aparición eclesiástica no se hace esperar, pues es a partir de una orden del joven papa (más preocupado por los placeres carnales que por la religión) que el valvasor de Alsium debe buscar a nuestra protagonista, Anna, para llevarla a Roma. Por suerte esta no se encuentra en el momento de la llegada del valvasor y sus secuaces a la cabaña donde vive con su padre y sus hermanos y no es arrestada, pero la negativa a desvelar su paradero desata la ira del valvasor y acaba con la vida de casi toda su familia a excepción de Martello, el hermano mayor de Anna, al cual pretenden vender como esclavo. Ante la indignación y atrocidad, Anna decide rescatar a su hermano, pues es lo único que le queda en este mundo.

La crueldad está más que patente desde el principio del libro. Son frecuentes las escenas de violencia, no solo de luchas sino de violaciones. A nuestra protagonista la vejan en varias ocasiones, pero es que al hermano y a otro de los personajes secundarios que la acompañan en la aventura también. Si bien son escenas desagradables de leer dan buena cuenta del panorama en el que vivía gran parte de la población. Desde luego nos hace partícipes de esa tensión cada vez que se cruzan con alguien nuevo.

En su camino hacia Roma Anna forma un pintoresco grupo formado por Arnolfo, Ezio y Furio. El primero de ellos se presenta como un espía para el rey Adalberto, con el misterio que un espía debe transmitir. No obstante, en ciertas ocasiones se muestra con una actitud bastante paternalista hacia nuestra protagonista. El segundo es un personaje bastante más mayor que representa a esa minoría con cierta cultura y labia. Sin duda es el contrapunto al resto del elenco, que son más bien personajes de acción. Finalmente Furio se une al grupo casi por estar en la misma situación de Anna, ha perdido a su hermano, la única familia que le quedaba, y decide contribuir a la causa por no tener nada que perder y porque profesa por Anna cierta admiración romántica, aunque este amor no llega a desarrollarse.

Una de las cosas que imaginaba y que finalmente no han ocurrido es que se le desvelara a Furio que precisamente su hermano muere en una emboscada que les tiende a Arnolfo y a Anna, de la cual estos salen victoriosos. Se me ha quedado en el tintero saber cómo se lo hubiera tomado al saber la verdad.

Pero no solo son caballeros quienes ayudan a Anna en su aventura, también se recurre, sobre todo en los inicios, a esa otra parte del clero que sí es coherente con el mensaje que profesa de cristiandad. Concretamente el padre Giuliano vuelve a intervenir al final del libro, para mi gusto de una manera un tanto forzada y sin demasiada relevancia.

En cuanto al carácter de nuestra protagonista, se presenta como una joven de bastante belleza (por eso la requieren para Roma) y carácter. El paso de la inocencia a la etapa adulta le cae de la noche a la mañana como un jarro de agua fría. Para no haber salido nunca de la pequeña granja en la que se cría aprende a sobrevivir con bastante rapidez. Los conocimientos que su padre le transmitió acerca de las hierbas son sin duda una de las cosas que también le ayudan en sus corredurías, pues teniendo en cuenta la cantidad de enfermedades una curandera nunca está de más. Es precisamente su soltura en el bosque lo que hace que pueda conseguir alimento para sobrevivir, lo que hace ganarse la confianza de los aldeanos que la protegen durante un tiempo a petición del fraile y lo que al final de la historia nos da a entender que será su futuro puesto de trabajo.

Las conspiraciones son otra frecuente a lo largo de las páginas, interviniendo también la nobleza. En este caso el autor nos muestra una cara más amable por parte de la nobleza que del clero, sobre todo con la figura de Emilio Crescendi, quien ayuda inicialmente al grupo de los tres (cuando a Anna la raptan) y posteriormente a Anna cuando la relaciona con ellos. Emilio es un personaje que aunque se nos presenta como alguien arrogante que pierde a los dados su caballo al apostarlo contra Furio, luego muestra ser una persona que pese a su juventud lo mueve la nobleza de su corazón.

El ritmo en el que transcurre la acción es bastante homogéneo, salvando lo que he comentado antes sobre que al final reaparece el personaje del padre Giuliano que no termino de entender el resto fluye con mucha naturalidad. Se nos presenta un panorama en el que es fácil empatizar con los personajes, ya sean protagonistas o secundarios. Aunque trata el tema de la conspiración, finalmente da la sensación de que se queda en un segundo plano con cabos sin resolver. En cambio, el futuro de nuestros aventureros queda todo bien atado en esta novela autoconclusiva.

"Hierro y sangre" es en definitiva una novela de aventuras con una ambientación histórica bastante creíble pese a lo pocos documentos que existen de este siglo. La corrupción del poder, la pobreza de la población italiana, o lo insignificante que era una vida (varias son las ocasiones donde se menciona precisamente que era más valiosa la vida de un caballo que de un campesino, ni mencionar que la de una campesina estaba más por debajo) son cuestiones que se plantean y que nos hacen reflexionar sobre si hemos logrado cambiar o no estos valores a día de hoy.

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